CAMAÑO XESTIDO, AMIGO Y FUEGO

La mirada sobre la tierra,

las manos sobre el suelo

y los pies sobre el cielo,

como un ángel, como un hombre

arrojado sobre los hombres

a la búsqueda del sentido

del hueco en la hierba,

en el pecho, en el himen,

donde yacer, y hacerse y detenerse…
El rostro señorial y atento

a la fiera que ronda nuestros besos,

que ruge a nuestra espalda

y al frío, a ese frío de quienes

pretenden instalarse en nuestros huesos.

Camilo, amigo y fuego

y sentimientos en línea, en universo,

no se si hablo de ti, de mi,

de todos, de nosotros, de ellos,

de Marx, del Ché,

tu me entiendes, hablamos buen amigo,

de lo árduo que es vivir

y partirse el pecho y la nuez y el viento

en busca de la alquimia

de los óleos, de los versos,

de los santos óleos y los santos versos,

porque nacen de las manos y los hombres,

genuinos, débiles y buenos.

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